Por Juan Tomás Valenzuela
Después de yo haber creído
que ya lo había visto todo,
esta gente, de algún modo
me hace perder el sentido.
¿Cómo dejan al «ungido»
a la merced de estos pillos,
que son parte del anillo
que lo suele acompañar,
salir de aquí a regalar
un cuadro falso de Guillo?
Yo me imagino la cara
que habrá puesto el presidente,
cuando supo de repente
que esa pintura tan cara,
no era mármol de carrara
de la mejor calidad,
sino, que era falsedad,
igual que el concubinario
que acompaña al mandatario
promoviendo honestidad.
La pintura era tan falsa
como lo es la medición,
donde Danilo es campeón
con la popularidad más alta.
Tan falsa como la carta
donde el compadre Quirino,
reveló que su destino
de cobrador compulsivo,
nunca tuvo el insentivo
de un presidente anodino.
Era tan falso el cuadrito
que llevaron a Jamaica,
como esa costumbre arcaica
de saludar con besitos.
Falsa como Quirinito
y su acta de defunción.
Falsa como la atracción
de un mesías nigeriano,
que llegó aquí, de la mano
del proyecto reelección.
30 noviembre 2017